El separatismo de Crimea no es un hecho aislado: muchas otras regiones de otros países promueven la separación de sus respectivos territorios; la lista es sorprendentemente larga: Kosovo, en Serbia (se declaró independiente y es reconocida por un puñado de gobiernos). Escocia e Irlanda en el Reino Unido, Islas Feroe en Dinamarca, Cataluña y el País Vasco en España, Islas Azores en Portugal, Bretaña, Córcega y Nueva Caledonia en Francia, Flandes en Bélgica, Jura en Suiza, Transilvania en Rumania y Hungria, Osetia del Sur y Abjasia (independiente de facto desde 1992) en Georgia, Estiria y Corintia en Austria, Volvodina en Serbia, Veneto, Cerdeña en Italia, Quebec, en Canadá, ¡Texas!, en los Estados Unidos, son los casos más sobresalientes de los 60 movimientos separatistas que se calculan por los expertos en todo el mundo.
¿Cuáles son las razones de los movimientos separatistas?
Existen
varios ingredientes: el primero de ellos es el nacionalismo; naciones
conformadas por etnias claramente diferenciadas que dan origen a grupos
que se sienten extraños en su actual país. Algunos con lengua propia que
los aleja aún más de la integración territorial; se encuentran en esa
situación el País Vasco, Flandes, Cataluña, Quebec, entre otros.
La
segunda razón es de carácter histórico; naciones que fueron
conquistadas o anexadas de manera artificial como ocurrió con las
naciones que conformaron en su momento a Yugoeslavia.
Una
poderosa razón es la económica y la expansión de las teorías
neoliberales. Conviene a algunas regiones constituirse como naciones
independientes para administrar su propia su riqueza.
Por último, el abandono de los gobiernos por algunas regiones como ocurre en Chiapas.
Tal pareciera que habrá en el futuro cambios significativos en la geopolítica global.
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