En el año de 1970 se implementó la
educación diversificada en Colombia en el marco de las cuatro estrategias de
desarrollo propuestas por el presidente Carlos Lleras Restrepo. Se trataba en
esencia de un modelo pedagógico que tenía un doble objetivo: permitir a los
jóvenes la culminación de sus estudios de secundaria que los preparase para la
educación superior y, al mismo tiempo, el acceso al mercado laboral a través de
la formación de los mismos en estudios técnicos desde el octavo grado de la
Educación Media en electricidad, electrónica, agropecuaria, comercial,
promoción social y construcción, áreas definitivas para avanzar en el
desarrollo económico del país.
A pesar de la vigencia de sus propósitos,
el panorama actual de la educación diversificada en Colombia es desalentador. Cuando
la administración de la educación fue asumida por los entes territoriales,
algunos de estos optaron por cancelar la mayoría de los programas técnicos; y
otros, no realizaron la inversión necesaria para mantener la infraestructura
necesaria para su funcionamiento, lo cual trajo como consecuencia el deterioro
de las mismas, la falta de recursos, materiales e insumos para la práctica de
los aprehendientes y por supuesto, el bajo nivel de preparación de los
estudiantes. Así las cosas, se perdieron los propósitos unificadores, la
dirección única del MEN, la programación, la supervisión de los avances o
retrocesos, la capacitación de los docentes de las áreas técnicas, etc.
Abandonados a su suerte, los INEM agonizan entre penurias mientras las administraciones locales y regionales pretenden esconder su ineficiencia en el falso supuesto de que el SENA puede suplir de mejor manera los programas técnicos. Es bien sabido que los programas impartidos por el SENA tienen como único objetivo la inclusión de los aprehendientes en el mercado laboral como obreros calificados en algún aspecto técnico puntual que impide la profesionalización de los estudiantes.
Únicamente, algunos de los INEM se han preocupado por renovar su infraestructura sin que ello signifique la permanencia de sus objetivos primordiales. Ojalá se revise el modelo que a nuestro modo de ver es hoy más valido que en el momento de su creación e implementación.
Abandonados a su suerte, los INEM agonizan entre penurias mientras las administraciones locales y regionales pretenden esconder su ineficiencia en el falso supuesto de que el SENA puede suplir de mejor manera los programas técnicos. Es bien sabido que los programas impartidos por el SENA tienen como único objetivo la inclusión de los aprehendientes en el mercado laboral como obreros calificados en algún aspecto técnico puntual que impide la profesionalización de los estudiantes.
Únicamente, algunos de los INEM se han preocupado por renovar su infraestructura sin que ello signifique la permanencia de sus objetivos primordiales. Ojalá se revise el modelo que a nuestro modo de ver es hoy más valido que en el momento de su creación e implementación.